"Contra el estrés, en vez de una morcilla, tres" (Victorio Cárcel Pedrón).
Queridos amigos y simpatizantes del blog: siento que os haya dejado dos semanas semi-abandonados, pero trabajo obliga y mis pantagruélicos almuerzos de fin de semana han tenido que esperar. Este fin de semana me he desquitado y he almorzado por partida doble con tarde de toros incluida. El sábado acudimos a un clásico, el Bar Cervera en Venta del Moro (el más antiguo del pueblo). Tenía ganas de ingerir entre pecho y espalda su típico bocadillo de luengas dimensiones de tortilla de jamón con lomo. Helo aquí:
Un amigo optó por otro clásico, el de sepia que es tratado magníficamente en este bar (se deshace en la boca). Aquí tienen al interfecto:
Apetitoso verdad. Aunque regamos el almuerzo bien con vino de la Venta, como había que desquitarse de estos fines de semana de abstemios, nos bebimos 3 chupitos de orujo y pacharán por cabeza y empezamos a hacer banderitas.
Bonita combinación ¿Verdad?
Al día siguiente, nos dirigimos al Bar El Cubo de Venta del Moro ubicado junto a la Casa de la Cultura. Lo bueno es que aunque es domingo, el pan lo hacen ellos y sale bastante bueno. Opto por mi tortilla, pero con un pincho que elaboran muy bien, mientras mi compañero se apunta a una sabrosa sepia que alcanza su plenitud cuando se junta con el aceitillo y el pan crujiente.
¿Gustan? ¡Si no fuera por estos momentos! Como el día anterior abusamos con el orujo, sólo pedimos un chupito y nos preparamos para hacer la paella y llegar a tiempo a la plaza de toros de Valencia donde nos esperan los Adolfo Martín.
¡Nos vemos en los bares!
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